Aveces ni mil crónicas explican tan bien como un jugador la atmósfera de un vestuario, el retrato de un sueño. El ascenso. Hidalgo lo plasmó ayer en ideas fundamentales. La primera: “El de la Real es el partido”. Así, con artículo determinado. La segunda, no hay nada hecho: “Esta semana tiene que ser como la del Sporting porque no queremos llegar al final dando opciones. Nos tenemos que concienciar, y los primeros nosotros mismos”. La tercera, el dardo final a la afición. Ya por abusar, que no quede: “Nos tiene que dar el plus. Todos estamos dando por supuestas muchas cosas y tenemos que estar enchufados, la gente también, se lo pedimos, necesitamos tensión”.
Así está el Málaga, viendo que el asunto está a punto de caramelo, pero mirando a todos los rincones, desconfiado y de puntillas. Así está bien. El club va a ayudar a sus jugadores moldeando el mismo esquema del partido ante el Sporting: operaciones para vender más entradas, karaoke antes del partido, degustación de productos. Otra operación 30.000, esta vez casi definitiva si hay victoria.
La bronca que hay en San Sebastián también llega a Málaga. Las dudas sobre Lillo, que tiene desesperado al entorno, la lesión de Xabi Prieto y los últimos malos resultados tienen desesperado al personal. Pero el domingo había 27.000 realistas reventando Anoeta y De Cerio y compañía empujaron hasta el último minuto. La Real no es de fiar. Por plantilla, por tradición y cultura de fútbol. Por presupuesto. Peleará con el Sporting hasta el final, pero el Málaga intentará salir de esa pelea el sábado. Una victoria dejaría en casi cuatro triunfos la distancia. Nadie quiere imaginarse lo que puede ser La Rosaleda el sábado a las diez de la noche si el Málaga gana. Verá la meta más cerca que nunca. De hecho, en el Málaga nadie imagina esas estampas porque ha sufrido tanto los últimos 30 meses que no parece estar preparado para un alegrón de esa dimensión. El trabajo, dicen los jugadores, es calentar motores hasta el sábado. Y darlo todo por dejar listo el ascenso. Es una bonita angustia, pero no deja de ser angustia. Con 30.000 será más fácil.
Fuente: www.as.com
Gran aficion la malagueña se merecen estar en primera
un saludo
La verdad es que sí, creo que hay pocas aficiones en segunda como esta, estuvimos apoyando al equipo la temporada pasada cuando luchaba por no bajar a 2ªB, recuerdo el partido contra el Cádiz en el que se consiguió la salvación, la Rosaleda era una caldera, la afición se desplazó en masa al estadio.
Saludos.