Así podríamos definir las señas de identidad que Míchel y su cuerpo técnico quieren implantar en un Málaga que, ya salvado, peleará en los cinco partidos que restan por lavar en lo posible la mala imagen mostrada durante gran parte de la temporada.
El equipo muestra una clara intención por defender con oficio y anticipación en todas las parcelas del terreno de juego, y parece que este factor se antoja clave a la hora de dejar la portería a cero, como se está demostrando. Por otro lado, las triangulaciones en banda en zona de tres cuartos y las jugadas en las que el balón pase en pocos toques por muchos efectivos, es una de las consignas ofensivas que, según se percibe, se están inculcando en la plantilla desde que el técnico madrileño ocupa el banquillo boquerón.
Tras un buen partido ante un Valencia que no apretó mucho, los malaguistas visitarán mañana el estadio de Los Cármenes para tratar de lograr puntuar a domicilio ante un rival que se juega el poco crédito que aún le queda para aferrarse a la máxima categoría.
Míchel ha reconocido que dará la titularidad a Luis Muñoz para suplir la baja de Roberto Rosales en el lateral derecho. Una posición que el defensa malagueño hace mucho que no desempeña. Sin embargo, hay muchas expectativas ante uno de los actuales canteranos con mayor proyección que posee el Málaga. Un jugador que se presume será, para la próxima campaña, hombre de pleno derecho de la primera plantilla.
También es novedad en la combocatoria el portugués Duda, que suplirá la baja por decisión técnica de José Rodríguez. A pesar de las pocas novedades en la convocatoria, se espera que Míchel rote y que saque un once inicial muy distinto al del pasado Sábado ante el Valencia.