Los de Míchel logran la gesta venciendo al Barcelona contra todo pronóstico.
Parece que la máquina ya está bien engrasada. Podemos decir que el aparato funciona aludiendo a una broma recurrente entre el míster y los periodistas en las ruedas de prensa de esta semana. Hacía mucho tiempo que el Málaga no enlazaba dos victorias consecutivas, y es que esta semana ha sido la semana de romper estadísticas. Tras más de un año sin ganar fuera de casa, el pasado miércoles se logró por fin ante el Sporting. Y la victoria de anoche supuso la primera de Míchel ante el equipo azulgrana.
En lo deportivo, el Málaga salió al césped con un blindaje bien estudiado atrás. Los primeros minutos fueron de acoso y derribo azulgrana, pero poco a poco los boquerones se estiraban y trataban de presionar en toda la parcela de juego. Resaltar el sobresaliente esfuerzo físico de todos los jugadores.
Con el Barcelona volcado arriba, Mathieu, que cerraba atrás, habilitó a Sandro Ramírez en la medular para que recibiese en posición legal un pase largo de Juankar y saliera a la carrera hacia la meta de Marc André ter-Stegen para batir al alemán y poner la ventaja local en el marcador. Los de Luis Enrique vieron cómo poco a poco la espesura defensiva de la trama tejida por Míchel los engullía una y otra vez y secaba las pocas ocasiones que eran capaces de generar. Inconmensurable estuvo de nuevo Carlos Kameni el cuál parecía haber sido imantado para que cada balón le fuese a él.
La Segunda Mitad empezaba igual que la primera, con un Málaga más metido atrás. El empate parecía estar cerca. Fueron numerosas las ocasiones que tuvo Messi con faltas peligrosas al borde del área, pero la puntería no le acompañó. En el minuto 57, el Málaga gozó de un contragolpe en ventaja numérica que Juanpi trató de finalizar disparando tras recibir la asistencia de Sandro, pero el balón fue a las manos de ter Stegen. Acto seguido, el Barcelona tuvo una buena ocasión con asistencia de Neymar desde la línea de fondo, Luis Suárez dejaba pasar el balón esperando encontrar a Sergi Roberto, pero el canterano no estaba donde el urugayo intuyó y la zaga malaguista despejó el peligro. Se notaba el estado de fuera de quicio de más de un jugador culé, sensación que se hizo patente en el 64 cuando Neymar fue con todo para arrollar a Diego Llorente cuando éste se le anticipaba para cortar un balón. El brasileño fue expulsado.
Míchel apostaba por primera vez desde que se sienta en el banquillo malaguista por dar minutos al venezolano Peñaranda. Al poco de salir al verde, éste recibía un buen balón de Sandro que le dejaba sólo ante ter Stegen y definía logrando su primer gol como malaguista, pero el árbitro anuló la jugada por fuera de juego inexistente. Y justo después, polémica en el área contraria tras un derribo en la frontal entre Charles y Luis Hernández a Sergi Roberto. Se pitó falta cuando debería haber sido penalti.
En el minuto 88, el propio Sergi Roberto recibía una asistencia de Messi que le dejaba cara a cara ante Kameni, pero el camerunés detenía el enésimo remate a bocajarro. Y tras el susto, el alivio: Nuevo contragolpe malaguista entre Charles, Fornals y Jony ante Mascherano. Fornals llegaba a portería atrayendo portero y defensa hacia él, y de forma imprevisible dejaba el balón atrás para Jony que remataba a placer para lograr su primer gol con la casaca albiceleste. El asturiano lo celebró efusivamente. Con una nueva falta peligrosa que Messi tiraba fuera se llegaría al final del partido.
Los tres puntos dan al Málaga una tranquilidad que se antojaba vital para afrontar la recta final de campeonato con frialdad. Parece que por fin el buen trabajo se está viendo recompensado con resultados y los de Martiricos están a un paso de certificar la permanencia en Primera División una temporada más.