Se agrava la crisis de resultados del equipo tras esta derrota en El Alcoraz, a pesar de la notoria mejoría de imagen ofrecida.
S.D. Huesca 1-0 Málaga C.F.
El Málaga hizo esta vez todo lo posible por llevarse los tres puntos ante el Huesca, pero una férrea defensa de los del Alto Aragón y su acierto en uno de los pocos disparos a puerta decantaron la balanza para los locales (Juan Carlos 64′).
El equipo malaguista salió al terreno de juego con cierto orden defensivo demostrando de facto que la línea de 4 atrás funciona mejor que la de tres centrales. Las bajas en la zaga hicieron que la dupla de zagueros la formase Juande junto a Escassi, y ambos estuvieron bastante bien si exceptuamos la jugada del gol, en la cual no ajustaron bien la línea (se quedaron demasiado atrás) ofreciendo espacios en la frontal del área.
La zona medular fue lo mejor que presentó el equipo, con un N’Diaye imponente y con salida de balón y un Febas todoterreno al que solo le faltó anotar para hacer el partido perfecto. Gallar estuvo más gris, igual que Rubén Castro. El trabajo en la sombra de Sol fue notable, y Villalba demostró que aún le falta mucho para estar al nivel de competición.
El gol del Huesca llegó en la segunda mitad justo cuando mejor estaba el Málaga, y a partir de ahí se despompuso el equipo. Guede volvió a partir el equipo y a desordenar tácticamente la formación en busca de crear ocasiones a la desesperada. Y es que parece que el técnico argentino tiene capacidad de hacer buena gestión de la preparación del partido, pero es incapaz de improvisar ante las desavenencias que se vengan en el mismo. Es la tónica a seguir cada vez que el Málaga se ve por debajo en el marcador. Es lo más preocupante de este equipo, más allá de los malos resultados.
Si este hecho se vuelve a dar en próximos partidos, aunque duela mucho como malaguistas, quizá lo mejor sea cambiar de míster siempre y cuando lo que venga sea algo competente y no otro “Natxo González”. En todo caso, para mí Guede aún sigue teniendo crédito como entrenador para este Málaga, y confío en que estudiará y meditará sobre los planes a seguir para el Málaga cuando el equipo se vea por debajo en el marcador; planes que disten de desordenar al equipo, olvidarse de tácticas y poner a todos los atacantes posibles. Porque esto es la realidad y no el FIFA. En todo caso y desde ya, a pensar en el Tenerife. Toca levantarse.