El Málaga C.F. se ha dado de bruces esta jornada con la realidad de un descenso que se hace más tangible de lo que ya era. Todo ello gracias a los buenos resultados de los rivales directos por la salvación, todos ellos por encima de los de Martiricos en la tabla, que habiendo puntuado esta jornada dejan su permanencia certificada.
Tan solo queda una remota opción de poder alcanzar al Sporting de Gijón en la tabla. Esa opción pasa por que los asturianos pierdan sus dos partidos restantes, ante el Eibar en Ipurúa y ante la Ponferradina en El Molinón. En ese último partido parece muy complicado que los de Miguel Ángel Ramírez dejen pasar la opción de permanencia ante una Ponferradina que lleva muchos partidos arrastrándose por el césped exceptuando el encuentro que jugaron hace una semana ante el Málaga, donde se llevaron los tres puntos gracias a que el Málaga no supo dar la talla (o algunos no quisieron como dejó entrever Sergio Pellicer) en el Toralin.
En fin, lo claro es que en el seno de la afición malaguista tenemos ya un callo hecho de sufrimiento que no da para más. Asumimos el descenso, no nos queda otra. Pero no podemos asumir que los responsables de ésto salgan indemnes. Que se vayan de vacaciones y el año que viene ya tendremos el futuro atado en otros lugares en el fútbol profesional, y al Málaga, pues que le den. Por lo menos aquí van a quedar para siempre plasmados esos nombres de los culpables de este desastre:
Esos Bustinza, Juanfran Moreno, N’Diaye, Manolo Reina, Javi Jiménez, Genaro, Fran Sol, Gallar, Jozabed, Lumor, Luis Muñoz, Burgos, que (algunos) no se han implicado y no han sido nada profesionales, ya sea por ineptitud o por cuestión de actitud. Manolo Gaspar, junto a todo su equipo los cuales no sé qué siguen haciendo formando parte del Málaga C.F. Gente como Francisco Capote y el resto de los que componen esa cueva llena de ineptos que solo saben chupar del bote. Y de ese Ruíz Guerra que parece ser que huele los malos augurios para volver una y otra vez a una entidad en la que nunca ha pintado nada para bien.
Son culpables también (aunque duela decirlo) tanto Pepe Mel y su cuerpo técnico por no haber sabido decir que NO y haber alargado la agonía de un equipo que no eran capaces de levantar, como Guede y su cuerpo técnico y su horrible preparación de pretemporada donde se gestó esta birria vergonzante de equipillo que no habría dado la talla ni en una liguilla de jubilados.
El dolor nos lo llevamos los seguidores. Y para más inri, ahora se forman divisiones y sub-divisiones entre la afición fruto de la tensión que ya hay, y que es agitada por unos cuantos ultras que reciben, incomprensiblemente, poder desde el club y que bien parecen salidos de otra cueva con ciertas ideologías y formas más propias de siglos pasados.
En definitiva, solo queda la esperanza de que a los altos dirigentes, tanto a José María Muñoz (administrador judicial de la entidad) y también culpable por no saber prescindir de la dirección deportiva a tiempo como Kike Pérez (Director General) no les tiemble la mano a la hora de cortar cabezas y saquen a tanto chupóptero inepto de los puestos de toma de decisiones deportivas del Málaga C.F.
Vergüenza se han cargado el club