El Málaga vence en Granada, pero no convence con un juego dubitativo en la primera mitad y una defensa que concedió demasiado.
La victoria era una obligación. Tras dos derrotas consecutivas en liga y visitando al farolillo rojo, los de Pellicer tenían que dar un paso al frente. Demostrar que la opción del ascenso es una realidad.
Sin embargo, la primera parte del partido dejó muchas dudas. Hasta la media hora de juego, el Málaga apenas pudo salir de su propio campo hirvanando jugadas.
El Recreativo Granada creó algo de peligro para la meta de Herrero de la mano del malagueño Mortimer. El cancerbero malaguista cuajó de nuevo una gran actuación.
Pellicer apostó por un dibujo 3-5-2 con dos carrileros y tres centrales. La inoperancia en ataque se basó en que el equipo no salía bien en las jugadas. En estos sistemas de juego, a la hora de sacar el balón es básico que la asociación: central-carrilero-centrocampista-delantero funcione. Hay que colocarse en rombo y hacer que fluya el juego en progresión. Sin embargo, solamente intentó una vez eso el Málaga. El equipo se desdibujó y el desorden provocó la dificultad para llegar a la meta granadinista.
Los cambios de juego de Manu Molina fueron determinantes para que se llegara a crear algo de peligro. Así llegaría el primer gol, con centro de Víctor García y remate en semifallo de Dioni.
El segundo gol, ya en la segunda mitad, fue una genialidad de Dani Lorenzo rompiendo línea y adentrándose hasta la línea de fondo para dar un gran pase a Roberto. El de Puente Genil remató a placer. Ya lleva 8 goles y supera su marca del año pasado en el Barcelona B.
El Málaga vence en Granada y recupera la tercera plaza en la clasificación. Esto es esencial a la hora de afrontar los playoffs, ya que, en caso de empate, pasaría el equipo mejor clasificado.