El Málaga coge altura en la tabla gracias a su victoria por la mínima ante Intercity.
El equipo de Pellicer sufrió, pero no falló, y se mantiene en la pugna por lo más alto en la tabla gracias a los tropiezos de Castellón e Ibiza.
El Intercity planteó un partido atípico en cuanto a los rivales que se está encontrando el Málaga en La Rosaleda. Una presión férrea en la salida del balón y peligro en ataque a costa de conceder en defensa fue lo más característico del equipo alicantino.
Por su parte, el Málaga tuvo muchas ocasiones claras para adelantarse en el marcador, pero el meta rival y la falta de puntería llevaron el empate al descanso.
En la segunda parte, Dioni daba el susto cayendo fulminado tras chocar con el portero del Intercity y un central. Los servicios médicos trasladaron a Dioni al hospital donde dictaminaron que no corría peligro. Salió Roberto para sustituírle y tardaría poco en ver puerta. Un buen robo de Manu Molina propiciaba que Dani Lorenzo driblara en el área y su disparo flojito y rechace del portero lo recogería Roberto para anotar.
El final de partido fue un suplicio. Incluso hubo polémica: Remate de Nsue que Herrero detuvo a bocajarro. El meta caía hacia dentro de la portería y soltó el balón, quedando la duda de si había entrado completamente la circunferencia o no. El árbitro dictaminó que no fue gol. No me cabe ninguna duda de que en esta categoría, ningún árbitro va a dar gol en esos casos. De ahí, las protestas y lloros del técnico del Intercity buscando justificar que fue un robo arbitral.
En definitiva, buen partido del Málaga. El equipo se está mostrando sólido de cara a la recta final de la temporada. Buenos planteamientos, bien en ambas áreas y buena interpretación de los tiempos. En lo físico, el equipo está mejor nunca. Da para soñar.