Málaga 0-1 Cádiz
El equipo de Pellicer no fue inferior al Cádiz, pero un fallo al sacar el balón condenó al Málaga a la segunda derrota consecutiva.
La primera parte dejó a las claras la limitada plantilla con la que cuenta ahora mismo el Málaga. Especialmente, en la posición de pivote defensivo. Las bajas de Luismi y de Izan se antojan cruciales y dejan al equipo huérfano de criterio y solvencia en esta zona del verde. Pellicer, salió con tres mediocentros: Juanpe y Darko con Dani Lorenzo más adelantado. El único que cumplió fue el marbellí. El sistema hizo especialmente aguas a la hora de construir desde atrás sacando el balón. Fruto de ésto llegaría el gol cadista. Pero también se apreció con la falta de criterio a la hora de construir jugadas de ataque. El Málaga solamente lograba crear algo de peligro llevando el balón a banda y esperando que Larrubia superase a su par para generar alguna ventaja que acabase en un centro estéril a un área bien guarecida por los zagueros amarillos.
El Cádiz tuvo la suerte del regalo del gol del Málaga. Y con el Málaga 0-1 Cádiz en la segunda parte, los cadistas se dedicaron a guardar el marcador como oro en paño. Fue el Málaga el que propuso todo el ataque que le fue posible. Ya casi a la desesperada quitando a Montero para dar entrada a Jauregi. Y se vieron algunas ocasiones claras de gol, pero la puntería malaguista brilló por su ausencia. Además, ya como de costumbre, el árbitro se comió algún que otro penalti claro. Este año parece que el VAR no funciona si la ventaja es para el lado malaguista.
Para más inri, Adrián Niño forzó para jugar y solamente duró apenas media hora en el terreno de juego. La plaga de lesiones y la apatía invaden La Rosaleda, esperemos que por poco tiempo. Hay que seguir, que esto acaba de empezar.