El Málaga volvió a hacer un mal partido y cayó derrotado ante un Leganés muy flojo que tan solo tuvo que estar en el césped para vencer.
Fue un encuentro muy parecido al anterior frente al Andorra, un Málaga presionando arriba y asfixiando al Leganés que no inquietó a Manolo en toda la primera mitad.
Por el contrario, en la segunda parte el Málaga se volvía a desdibujar. La gasolina no les da para acabar los partidos y a esto se une fallos garrafales como el de Jozabed, que por el bien del equipo podría quedarse en el banco el resto de campaña. El fallo propició que se quedase solo José Arnáiz ante el portero y lograse adelantar a los de Idiakez.
Se dio el guión de partido que preveíamos, con un Málaga mejor en el inicio pero que se desinflaría en la segunda parte y con un Leganés de menos a más que dosificó bien los esfuerzos y que acabaría mejor que el Málaga y con el premio del gol fruto del demérito costasoleño.
Tras esto, cambios a la desesperada y cero ocasiones de gol para buscar el empate. Este es el peor Málaga que he visto desde que tengo uso de razón y tengo ya unos años a las espaldas viendo fútbol. Este equipo da una pena extrema y da pie a la desgana y la resignación en la afición.
La clave de esta debacle es la preparación. Y desde ya deberían ser destituidos todos los que han sido responsables de esta situación. Eso sí, no invertiría más dinero en traer a otro entrenador. Mel es un buen técnico y con experiencia, y si hay que irse a Primera RFEF, yo me iría con él en el banco y dinero ahorrado.
Ahora toca trabajar para enfrentarnos al Lugo el próximo Domingo en La Rosaleda. Para este partido, N’Diaye está sancionado por cupo de amarillas y no estará disponible. No queda otra que seguir remando, pero esta situación pesa mucho y mucho me temo que este equipo huele al típico que se queda descolgado desde el principio para no tener ni opciones de salvación en la fase final del campeonato.