El Málaga afronta su encuentro ante el Tenerife con los cinco centrales puros con los que cuenta en la plantilla lesionados o con molestias.
El último en caer ha sido Juande, el cual abandonó con molestias el último entrenamiento antes de viajar a Canarias.
Bustinza, recién recuperado y el propio Juande, han viajado con el grupo, aunque lo más probable es que ninguno de los dos partan en el once inicial de Guede.
Andrés Caro, que ultimaba su recuperación, ha recaído de su lesión en la rodilla y se queda en Málaga. También se quedan en la Costa del Sol Ramalho y Burgos.
Así las cosas, parece que Guede tendrá que apostar por una zaga con Escassi, que ha venido actuando de central en los últimos partidos. También Genaro, el cual parece que tendrá que jugar de nuevo a pesar de sus malas actuaciones.Viaja en la convocatoria Moussa, jugador del filial que aún no ha gozado de minutos oficiales con el primer equipo.
Con esta situación, una cosa parece clara, y es que por obligación se jugará con dos centrales en lugar de tres. Esto no tiene por qué ser malo, el Málaga ha hecho sus mejores minutos esta temporada jugando con defensa de 4.
Lo preocupante de todo esto es que hayan caído a las primeras de cambio todos los jugadores de una misma posición. Por mucho que Pablo Guede indicara que se debía a una casualidad, realmente no parece serlo. Una mala combinación de ejercicios de entrenamiento físico junto al nivel de esfuerzo exigido, que se multiplica al no estar el equipo aún ensamblado y con automatismos cogidos, puede resultar fatal como parece ser que lo está siendo. De todo esto podría opinar mejor una persona profesional en la preparación física de futbolistas, pero, a priori, esto parece más causal que casual.