Raúl Rentero – La onda expansiva
Después del esperpento del Bernabeu llega otra vez la Liga a la Rosaleda. Suenan clarines y timbales pues saldrá un miura que, fíjese usted por donde y bajo mi modesta opinión, ha perdido algo de empaque y del glamour sudoroso que siempre impregna Camacho a sus equipos. Recuerdo una de las ondas expansivas iniciales donde alababa la estructura del equipo navarro. Recuerdo que alegaba, tomándolo como ejemplo para el Málaga, que en Pamplona tenían muy claro que tan solo eran necesarias 15 victorias para salvar la categoría y que Osasuna, aferrado a tan sencilla evidencia, campeaba temporales aferrado al mástil de su entrenador. Cómo pasan los tiempos, cómo corre la vida, cómo se viene la muerte, tan callando… que decía el poeta. Ahora es Osasuna el que ha prescindido de los servicios del entrenador murciano acuciado por las urgencias.
Bien, aquí estamos, ante un encuentro convertido en final de finales, no sólo por la realidad clasificatoria sino por las palabras de Pellegrini tras el ridículo del Bernabeu. Ya saben, impregnándose un tanto del espíritu que ahora campa por la Casa Blanca y dejando a un lado la famosa hipocresía que tanto detestan ahora en Centro España, vino a decir que había tirado el partido desde el principio pues lo importante era el partido de esta tarde. La afición se divide entre lo que manda la cabeza y lo que dice el corazón (siempre boquerón, por supuesto). Y en realidad este columnista tampoco sabe bien hacia donde remar. Aquello de “Se cambia goleada por salvación” lo firmamos todos con pluma de ganso, pero la realidad es que nadie asegura al Málaga C.F. la salvación. Tan en así que nadie es capaz de asegurarnos los tres puntos de esta tarde ante Osasuna, por mucho que se destensen las rotaciones. Así que perder una bala a estas alturas de la persecución parece, cuanto menos, sospechoso. Al menos, así lo piensan muchos entre los que incluyo, lo mejor hubiera sido cerrar el pico y sin decir nada cogerlo y faenar en la trinchera que Osasuna va a cavar en el césped de la Rosaleda.
Por cierto, que el otro día llamé tonto del higo a don José Mourinho por sus palabras fuera de lugar (pero siempre sin hipocresía, claro) contra el Málaga. Como Mourinho es uno de esos personajes que vive siempre fuera de lugar habremos de pasar página pero no quiero hacerlo sin valorar positivamente las palabras que tuvo en rueda de prensa hacia el lesionado Cala. Preguntado, cómo no, por la lesión de carácter bíblico de Cristiano respondió que lo importante a su juicio era saber cómo se encontraba el “chaval del Málaga”. Así que, siguiendo su propio criterio, daré una respuesta “a la portuguesa”. Si tengo que pedir perdón por mis palabras lo pido. “Pues pídelo”, me dicen las musas. Insisto: no tengo ningún problema en pedir perdón. “Pídelo pues”. Insisto por última vez: a mí no se me caen los anillos por tener que pedir perdón.
P.D. Cosas más graves ocurren que estas pecatas minutas. Y es por ello que he preferido acabar esta columna con una tecla de ánimo para el bueno de Miki Roqué, futbolista del Betis, al que han detectado un tumor esta misma semana. Suerte y ánimo de corazón boquerón. Cosas como esta demuestran que esto es tan solo un juego y que hay cosas mucho más importantes que una Champions o un descenso. Te esperamos en el derbi de la próxima temporada con un Betis de Primera. O de Segunda. Qué más da. Lo cambiamos todo porque te recuperes.
Es dificil la salvacion, pero no imposible. Luchando saldreis del pozo, eos si, no metais a mi Sporting, jaja. Saludos!
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Joder, vaya putada tío, en el 92… Ahora es cuando hay que sacar las garras. Todavía hay tiempo!
Saludos desde La Escuadra de Mago