Ha habido cierta bipolaridad tras el buen partido del Málaga C.F. ante Las Palmas, líder de la categoría que aventaja en 30 puntos al equipo boquerón.
Nada más lejos de la realidad, el Málaga hizo un buen trabajo, pero el punto poco sirve a las aspiraciones a guardar un mínimo de esperanza de poder pelear la permanencia en las próximas semanas.
Lo más cercano es un descenso matemático que se confirmará en pocas jornadas. Todo lo demás es una especulación dependiente de un heroicismo que se antoja inviable para una plantilla donde alguno de los pesos pesados de la misma se borran, se lesionan y se desentienden de la lucha por el escudo.
Es muy simbólico el hecho de que se otorgara el brazalete de capitán al último en llegar, Lago, pasando por delante de muchos jugadores que estaban llamados a tirar del carro con solvencia a inicios de la temporada.
Hay que pelear por quedar lo más arriba posible, por supuesto. Pero conscientes de que el descenso es una realidad.
Cantos de sirena desde Catar.
Ahora, para más inri, vuelven las noticias de la posible intentona de compra de la entidad malaguista por parte de Nasser Al-Kelaifi, dueño del PSG entre otros clubes y pariente lejano de Al Thani. No hay ninguna noticia que aporte realismo al rumor, pero su próxima llegada a Málaga para participar en una conferencia de Marca aviva los rumores. Rumores que vuelven a dividir a la afición, la cual, una parte se deja seducir por un posible gran inversor mientras que otra parte ha aborrecido el experimento de los petrodólares.
En todo caso, solamente debería preocuparnos el Levante. Hablar y pensar en el Levante estos días, desde el entrenador hasta el último mono que guarde algo de malaguismo en su corazón. El equipo debe hacer los mejores partidos posibles en esta recta final de temporada, partido a partido, así a lo Cholo, pelear cada partido dejando la piel y luego ya en verano veremos qué rumores y qué situaciones se dan en la entidad.