A pesar de ser uno de los equipos de la liga con una economía totalmente saneada y superar en número de abonados a otros muchos que incluso jugarán competición europea la próxima temporada, parece ser que hay pocas opciones de quedarnos un año más en la máxima categoría del fútbol español.
El Málaga casi agotó su crédito el pasado sábado en Getafe, ya sólo una heróica victoria ante ese “equipillo” de la capital que viste de blanco permitiría a los malacitanos seguir siendo “un equipo de primera” como bien reza el himno blanquiazul.
El descenso será mucho más catastrófico de lo que a priori puede parecer.
En primer lugar, de las principales figuras de la plantilla como son Gámez, Apoño, Duda, Obinna, Munúa, Luque,… no continuaría casi nadie. El club dejaría de cobrar la cantidad que cobra actualmente por derechos televisivos, viéndose ésta reducida de forma considerable. La ampliación de capital posiblemente se quedaría en “standby”, con lo que el lento crecimiento de la entidad se vería frenado en seco.
Todo eso sin contar la notable pérdida de abonados y el posible nuevo desencantamiento de una afición que parecía entregada.
Por suerte, los malaguistas, si algo sabemos hacer bien es sufrir. Y esté donde esté el equipo tras el pitido final del árbitro del partido frente al Real Madrid, donde seguro seguirá estando es en el corazón de miles de aficionados que seguirán dejándose la garganta por sus colores la próxima temporada.