Hermanitas de la Caridad, Madres, hay muchos apelativos con los que podríamos apodar a los jugadores del Málaga viendo su actuación en este partido. No se puede defender peor: sólo lo hacía medio equipo y siempre dejándole una distancia de un metro al atacante. El equipo costasoleño controló el partido mientras la Real Sociedad quiso. Los de Mountanieer sestearon durante parte del encuentro y los arreones finales le valieron para hacerse con la victoria.
Parece que esa falta de intensidad de la que hablábamos el pasado sábado se hace más notoria. Incluso podemos atrevernos a afirmar que se está convirtiendo en el sello personal del equipo.
No hace falta decir que el árbitro también puso mucho de su parte, usando (otra vez ocurre igual) distintas varas de medir para uno y otro equipo. Ya avisamos que no era normal que para este partido nos pusieran a un árbitro vasco. La cosa cantaba ya desde lejos.
Ahora toca remontar el vuelo pensando en la ausencia de Baptista hasta dentro de dos meses (como mínimo) y la de Maresca hasta el próximo año.