El Málaga venció en uno de sus partidos más cómodos del año a un Mallorca que hizo una buena primera parte y que se derrumbó tras el descanso
Málaga 3-1 Mallorca
A pesar de los malos resultados cosechados, la victoria ante el Mallorca hace que los malaguistas sigan con muchas opciones de pelear por un puesto europeo hasta el final de la Liga.
Y es que la jornada se antojaba crucial para los de Pellegrini. Con los pinchazos de Espanyol y Athlétic, y la difícil visita a San Mamés de la próxima jornada, todo lo que no fuera ganar al equipo de Caparrós era una condena casi segura a la parte baja de la tabla.
Estamos en un período del campeonato en el que se elige quién estará arriba y quién lidiará con la quema del descenso. Entre la pasada jornada y las dos o tres siguientes quedará determinada la parrilla de luchas. El Málaga quiere quedarse con los de arriba a toda costa y eso lo podemos evidenciar con el esperado “subidón” de intensidad que parece ya algo normal en la forma de afrontar los partidos. Esperemos que hayan quedado lejos los encuentros en los que apreciábamos a unos futbolistas acomodados y sin sangre que cometían errores garrafales dignos de cadetes.
Llegaba un Mallorca que proponía una árdua presión al más puro estilo Caparrós y con notable peligro arriba. Lo demostró Pereira a los 4 minutos de partido con un lejano disparo de tiro libre indirecto que sorprendió a Caballero ajustando el balón pegado al poste y colocando el 0-1 para los suyos.
El Málaga no se vino abajo y al poco tiempo logró igualar el marcador. Lo hizo Sebas rematando un rechace de un disparo aparatoso de Rondón que hizo estirarse a Aouate dejando el balón a los pies del uruguayo, siempre atento a cualquier descuido. Puede que la pronta reacción fuera clave para que el Mallorca no pescara en la Rosaleda.
Tras el descanso, el Málaga se hizo por completo con la manija del partido. Salvo alguna ocasión de los bermellones previo descuido de un Mathijsen que no merece la titularidad, la portería de Willy no se vio amenazada.
Los que sí amenazaban eran los de Pellegrini, que lo intentaron varias veces antes de que Toulalan recogiera el rechace de un córner en la frontal del área y empalmara un disparo que se colaría en la meta del portero israelí con la ayuda de Chico.
Este gol mató futbolísticamente a los baleares, que vieron como poco después, el Málaga realizaba una de las mejores jugadas vistas este año en la Rosaleda. Perfectamente sacaron el balón de la zona defensiva y con un Isco espléndido el balón llegaba a Sergio Sánchez que recortaba a su defensor en el área y ponía el balón en los pies de Rondón para que el venezolano sentenciara el partido.
Hay que destacar la titularidad de Recio por fin esta temporada. El canterano se convierte en un acompañante esencial para Toulalan, ha quedado patente.
Bálsamo para Pellegrini. Esperamos verles salir a morder en La Catedral en el próximo partido, de lo contrario, nos llevaremos varios mordiscos de león.